Los principios del Sexo Tántrico ó Tantra, va más allá de la sexualidad. Y… ¿cómo es posible hacer eso?
Existen varios principios de sexo tántrico para experimentar con esta práctica, mediante una serie de ejercicios que pueden servir para mejorar la experiencia sexual y, por tanto, el placer derivado de este acto. Aquí te enseñaremos algunos para que los puedas poner en práctica.
1. El presente sagrado
El presente es, sin duda, la mejor manera de conectar con uno mismo. Poner el foco de atención en el aquí y el ahora hace que nuestra mente no esté rumiando, por lo que nos podemos entregar más a fondo. De hecho, si nos centramos en el pasado o en las expectativas, es muy complicado conseguir no solo el orgasmo, sino la erección. Para el Tantra, el único tiempo que existe es el presente.
En este sentido, en el sexo tántrico las personas se desprenden de deseos y necesidades basadas en la proyección hacia el pasado y el futuro: pensar en el día después al ver a esa persona en un contexto no sexual, reflexionar sobre el «qué dirán», etc.
En el Tantra, el presente es considerado como un momento sagrado. Para poder apartar las ideas, pensamientos, recuerdos e imaginaciones, es necesario abrirse a la experiencia de la persona y tomar conciencia sobre el lugar, la situación, la piel de la pareja, su pelo, su olor… Para abrir la puerta del flujo de sensaciones y de energía entre ambos, es necesario centrar la atención en el aquí y el ahora. Esto es posible al practicar la respiración tántrica.
¿Cómo hacerlo? Justo antes del encuentro sexual, es necesario colocarse frente a la pareja, desnudos, el uno delante del otro. La respiración tántrica se emplea para aquietar el propio y controlar la inspiración y la expiración, de forma que la atención se centre en la entrada y salida de aire por la nariz. Hay que tener los ojos cerrados y hacerlo durante cinco minutos. Cuando uno ha controlado su respiración, es el momento de conectar con la respiración del otro y fusionar ambas respiraciones. Entonces, nuestra pareja comienza a ser alguien con quien conectamos y disfrutamos de la experiencia como una sola entidad.
2. Contacto visual
Hay muchas personas que temen mirar directamente a los ojos a otras personas, pero la mirada dice más que mil palabras. Desnudos el uno frente al otro, es posible aumentar la conexión simplemente manteniendo el contacto sexual.
No en vano, la tendencia a buscar el contacto visual con las personas es una característica innata del ser humano, hasta el punto de que cuando esto no ocurre en las etapas tempranas del desarrollo, esto es un signo de que puede existir un trastorno. Nuestro cerebro está preparado para detectar y reconocer matices muy pequeños en el movimiento de los músculos de la zona de los ojos del otro, de modo que buena parte del lenguaje no verbal reposa sobre el acto de entrelazar miradas.
Para lograr la conexión, solo es necesario sentarse desnudo delante de la pareja y descifrar qué siente y qué sientes tú. Se trata de ser consciente de lo que ocurre en ese momento especial. Pese a que al principio puede resultar incómodo, al final acabaréis desnudando vuestros sentimientos. El resto pasará solo.
3. Control de los chakras (centros de energía)
El Tantra pone el foco de atención en los chakras, que son los centros de energía del cuerpo. Esta práctica favorece el intercambio energético entre los miembros de las relaciones íntimas, que desde esta filosofía se entiende que son seis. Tres del hombre (instintivo-sexual, emocional y mental-espiritual) y tres de la mujer.
Éstos, asimismo, contienen varios centros. Por ejemplo, el instintivo-sexual está formado por: el raíz (1°) y el sexual (2°); y el emocional por el chakra del plexo solar (3°), el del corazón (4°) y el laríngeo (5°), entre otros. Cada uno de estos puntos tiene un impacto en el acto sexual.
Para poder trabajar los chakras, según este conjunto de creencias religiosas, uno debe ponerse boca a abajo y la pareja, entonces, puede realizar un masaje por todo el cuerpo, desde los pies hasta el primer chakra, pasando por los 7 principales. Después, el miembro de la pareja que estaba boca abajo se da la vuelta y el otro realiza un masaje desde la coronilla hacia los pies. Una vez que se ha masajeado todo el cuerpo de uno de los miembros de la pareja, los dos cambian de roles. Una vez los hayan experimentado este masaje, están listos para el encuentro sexual.
¡Atrévete a probarlo, mejorará tu experiencia sexual!
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